Sumergido en la impresionante belleza de la bahía de Calamosca, se alza el majestuoso Faro de Sant’Elia, cerca de la Torre de Señales. Su historia se remonta al lejano 1850, cuando fue construido con gran maestría por los mejores ingenieros del Real Oficio del Genio Civil.

Después de diez años de intensos trabajos, en 1860 el faro fue finalmente activado, iluminando la noche con su potente luz. El edificio de dos pisos, coronado por una torre cilíndrica de rayas blancas y negras, domina la costa con su elegancia atemporal.

La óptica del faro es de tipo rotativo, garantizando un alcance luminoso de 21 millas náuticas. En 1937, el faro fue electrificado para facilitar el trabajo de los fareros, haciendo aún más eficaz su propósito de iluminar la noche y proteger a los navegantes.

Hoy, el Faro de Sant’Elia representa no solo un importante punto de referencia para quienes navegan a lo largo de la costa, sino también un verdadero símbolo de la belleza y la historia de Cerdeña. Si tienes la fortuna de visitarlo, sin duda quedarás fascinado por su maestosidad y por la espectacular vista que se disfruta desde lo alto de su torre.

Inmersa en un escenario sugestivo de acantilados que se alzan majestuosos sobre el mar, esta localidad de encantadora vocación naturista es el lugar perfecto para disfrutar de un refugio seguro del viento de Maestrale.

Sus aguas cristalinas, con matices que varían del turquesa al esmeralda, son una verdadera maravilla para la vista y ofrecen la oportunidad de hacer esnórquel y nadar en un fondo mixto de guijarros, rocas y arena. En el lado occidental, la impresionante vista del antiguo fuerte/búnker, del establo abandonado y de la casa del patrimonio militar, hacen de este lugar algo aún más fascinante.

Si deseas concederte una pausa de relax en un entorno natural único en el mundo, este lugar es, sin duda, ideal para ti.

La Sella del Diavolo, símbolo indiscutible de la ciudad, es un auténtico cofre de tesoros escondidos. En sus laderas se ocultan verdaderas maravillas naturales, como playas de arena blanca y rocas esculpidas por el viento. Esta joya del Cabo de S. Elia domina majestuosa el pintoresco puerto de Marina Piccola, delimitando con su imponente presencia la espléndida playa del Poetto.

Situada en una posición estratégica en el corazón del Golfo de los Ángeles, la Sella del Diavolo tiene un pasado antiguísimo que se refleja en su cima, donde se mezclan rastros arquitectónicos romanos con los restos de una torre aragonesa del 1500. Pero la verdadera historia de este encantador lugar está escrita en sus rocas, marcadas por una tormentosa evolución geológica de deslizamientos y desprendimientos.

La particular forma en herradura de la Sella del Diavolo encierra en sí una antigua leyenda que se pierde en la noche de los tiempos y que ha dado origen a su toponimia. Explorar este lugar mágico es una experiencia única e inolvidable, capaz de regalar intensas emociones y de evocar antiguas historias de un pasado que continúa vivo en cada uno de sus rincones.